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viernes, 2 de abril de 2010

Una buena historia

Pérez llegó a su trabajo una hora tarde por tercera vez en la semana y
encontró a su jefe esperándolo. "¿Cúal es la historia esta vez,
Pérez?" le preguntó sarcásticamente en cuanto lo vio llegar. "Vamos a
oir una buena excusa esta vez , ¿no?"
Pérez suspiró y dijo: "Todo salió mal esta mañana, jefe. Mi esposa
decidió llevarme a la estación y se arregló en diez minutos, pero al
llegar al puente sobre el río, vimos que no se podía pasar por un
accidente. Para no quedarle mal otra vez, atravesé el río nadando
-mire, mi traje todavía está mojado- y corrí hasta el hangar del
aeropuerto, donde conseguí que me trajeran en un helicóptero.
Desgraciadamente, el helicóptero sólo encontró un lugar adecuado para
aterrizar a un kilómetro de aquí, así que tuve que parar una
ambulancia que pasaba por ahí y me trajeron hasta acá."
"Tiene que inventar algo mejor que eso, Pérez," dijo el jefe,
obviamente desilusionado. "Ninguna mujer puede arreglarse en diez
minutos."

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